El 1 % mejor pagado de la UNAM, un grupo de 415 académicos, concentran más presupuesto que los 13 mil 232 profesores peor pagados.
Los profesores de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) Israel G. Solares y Héctor Vera evidenciaron en un artículo publicado en la revista Perfiles Educativos las desigualdades laborales y de ingresos salariales en la máxima casa de estudios.
El artículo reveló que la universidad opera bajo un estado de excepción en el que, contrario a lo establecido en el Estatuto del Personal Académico (EPA), la mayoría de su planta docente está conformada por profesores interinos, quienes no cuentan con estabilidad laboral y cobran en función del número de horas de clase que imparten.
Por otro lado, el estatuto del artículo 46 contempla que “los profesores interinos con tres años de docencia tendrán derecho a que se abra un concurso de oposición para ingreso”, sin embargo en la realidad esto no sucede.
Desigualdades latentes
De acuerdo con datos del secretario general de la UNAM, Leonardo Lomelí, “del total de horas de clase que se imparten en la universidad, 78.29% las imparten profesores de asignatura”.
El estudio muestra que el 1% mejor pagado de la UNAM, compuesto por 415 académicos, recibe más presupuesto que los 13 mil 232 profesores peor remunerados.
Quien menos gana de este grupo percibe un ingreso neto mensual derivado de la de la UNAM de 116,456.8 MXN, mientras que en 2019 para que un profesor de asignatura pudiese adquirir la canasta básica necesitaba haber cubierto 79 horas semanales de trabajo efectivo.
Además, el 72% del 1% de los profesores mejor pagados se dedican a actividades administrativas no académicas, el 25% son profesores eméritos y sólo el 3% son profesores de tiempo completo.
Los ingresos totales de la cúpula de la UNAM, encabezada por el rector, los directores de escuelas, facultades, secretarios, etcétera, llegan a ser superiores al de secretarios de Estado en el gobierno federal.
Prueba de ello es que el presupuesto que la UNAM destinó en 2021 para pagarle a los poco más 20 de mil profesores de asignatura sin otro nombramiento fue de cuatro mil 56 millones de pesos anuales—es decir, 8.8 % del presupuesto total de la UNAM— .
A su vez, dedicó ocho mil millones de pesos para los salarios de los 13 mil investigadores, profesores de carrera y técnicos académicos, etc.— 17.1% del presupuesto total—.

Disparidad de género
Otro punto donde se exhiben las diferencias es a través del género. Las personas identificadas con sexo femenino reciben en promedio una remuneración neta 5.81% menor que sus pares masculinos; 8.56% menos estímulos; y 24.61% menos ingresos por el Sistema Nacional de Investigadores (SNI), lo que equivale a una remuneración media total 8.2 % menor que sus contrapartes masculinas.
Además de mostrar la clara desigualdad basada en identificación de género, estas métricas comprueban que los sistemas de estímulos benefician de mayor manera a los académicos masculinos en detrimento de las académicas.


Estímulos selectivos
Solares y Vera señalaron que los estímulos destinados a profesores de tiempo completo pueden incrementar los salarios entre un 45 y un 115%. En el 2020 el pago destinado de estímulos a profesores de tiempo completo fue ocho veces mayor al asignado para los de asignatura. Aclararon que esto se debe a que mientras que los estímulos a profesores de tiempo completo se han incrementado 55% entre el 2000 y el 2019, los de los profesores de asignatura solo se incrementaron un 5%.
Causas y efectos
La desigualdad del salario entre los profesores de la UNAM se explica, según los autores, porque en la UNAM se ha mantenido un esquema de reducción de costos que favorece principalmente a los profesores de tiempo completo, ya que al contratar a más profesores de asignatura a bajo costo, permite ahorrar en presupuesto que al final termina distribuyéndose entre profesores de tiempo completo y administrativos.
Además, los profesores de asignatura enfrentan otras dificultades que maximizan la desigualdad en la UNAM, tales como la escasez de oportunidades de desarrollo profesional. Los autores señalan tres causas para la desigualdad salarial en la UNAM, siendo estas:
- El acaparamiento de oportunidades
- La acumulación de ventajas y privilegios
- La reproducción de los grupos establecidos y hemofilia académica, mediante la cual, los beneficiados son los que ya tienen una conexión previa.
Estas causas se explican primero en que los recursos destinados a labores de investigación son asignados preponderantemente a los profesores de tiempo completo, debido que son los que tienen mayor tiempo para dedicar a la investigación, gracias a la contratación de profesores de asignatura.
Segundo, al realizar investigación obtienen mayor reconocimiento y por tanto reciben mayores recursos. Además, son ellos mismos quienes se encargan de evaluar la entrega de premios y reconocimientos, lo que les da acceso a prestigio y recursos. En consecuencia, los profesores de asignatura son relegados incrementando la desigualdad en la repartición del presupuesto de la UNAM, una universidad cuya labor docente se sostiene de profesores con salarios miserables.