Juan Javier Gómez Cazarín
¿Por qué el presidente Andrés Manuel López Obrador consideró que era importante que los presidentes de Estados Unidos y Canadá aterrizaran en el Aeropuerto Internacional Felipe Ángeles ahora que vienen de visita oficial?
Agudo, inteligente como es el presidente López Obrador, entendió el mensaje que la llegada de esos otros Presidentes al AIFA mandaría a quienes, sin argumento alguno, reniegan de ese aeropuerto.
Hay gente que no quiere al AIFA porque lo construyó Andrés Manuel. Nada más por eso. No tienen una razón técnica, ni de seguridad, ni de comodidad, ni de precio –es más barato- para decir que el aeropuerto es malo. Es pura rabia, puro tema ideológico.
Y, sin embargo, la llegada anoche que vimos en televisión de la imponente aeronave azul de la Fuerza Aérea de Estados Unidos, con su Presidente a bordo, demostró que los mejores aviones del mundo pueden llegar sin ningún problema logístico al AIFA.
Para acabar, los dos Presidentes se fueron juntos por tierra, desmintiendo a quienes dicen con mala leche que el acceso al aeropuerto es problemático.
Estamos de acuerdo en que los encargados de la seguridad del Presidente de Estados Unidos no lo meten a cualquier lado ni lo pasean por cualquier rumbo, ¿verdad?
Personalmente, a veces no entiendo ese encono visceral de una minoría de mexicanas y mexicanos hacia los logros de la 4T que, a final de cuentas, son logros del país.
Claro que puedo entender su militancia en otros partidos, sus agendas electorales a corto plazo y su interés de beneficiarse políticamente cuando –somos humanos- alguna equivocación cometemos. Eso es normal y es parte de la democracia.
Pero hay algunas y algunos que parecen sentir auténtico dolor de que al país le vaya bien.
Andrés Manuel se va en menos de dos años y el AIFA se quedará para dar servicio al país cuando menos un siglo más. Será –ya es- uno de los más modernos de América Latina y del mundo.
Y, seguramente, los que ahorita están enojados terminarán usando ese aeropuerto abrigando en su corazón el secreto inconfesable de que “viéndolo bien, sí está bonito”.
*Diputado local. Presidente de la Junta de Coordinación Política.