La perrita Kabosu, de raza shiba inu, inspiró el mundialmente compartido meme Doge y después la criptomoneda Dogecoin
Kabosu, la perra de la raza shiba inu que inspiró el mundialmente compartido meme Doge y posteriormente la criptomoneda Dogecoin, murió este viernes, según anunció su dueña, la japonesa Atsuko Sato, en su blog y redes sociales.
El 24 de mayo a las 7.50 de la mañana, Kabo-chan cayó en un sueño profundo. Anoche, como siempre, comió y bebió mucho. Desde la ventana por donde entraba una luz cálida mientras los pájaros cantaban en el exterior en una hermosa mañana, mientras era acariciada por mí, murió silenciosamente como si durmiera”, relató Sato a modo de poema en su blog ‘Paseando con Kabo-chan’.
La perra, mundialmente conocida por la imagen extraída de una fotografía cuya cómica pose la catapultó a la fama, tenía 19 años.
Kabo-chan es el diminutivo en japonés de Kabosu.
Sato agradeció a todos los que mostraron su cariño por la perra durante todos estos años y escribió tras su fallecimiento: “Creo que Kabo-chan era el perro más feliz del mundo. Y yo era la dueña más feliz del mundo”.
Este domingo, 26 de mayo, está prevista la celebración de una fiesta de despedida en la ciudad de Narita, al noreste de Tokio.
Nacida el 2 de noviembre de 2005, Kabosu estaba a punto de ser sacrificada cuando fue adoptada por una organización de bienestar animal. Tenía unos 3 años cuando Sato se convirtió en su dueña.
La japonesa llevaba un tiempo subiendo fotografías de la perra en su blog cuando repentinamente se convirtió en un fenómeno en internet por la mencionada fotografía, realizada no mucho después de su adopción, cuando aún se estaba acostumbrado a su nuevo hogar, según explicó Sato en entrevistas con medios locales.
Los internautas apodaron a Kabosu ‘Doge’, un juego de palabras que significa ‘perro’, y la convirtieron en un meme global.
Su imagen se utilizaría posteriormente para crear la criptomoneda Dogecoin, en la que el magnate empresarial estadounidense Elon Musk invirtió grandes cantidades, ensalzando aún más su fama.
La perrita Kabosu cuenta incluso con un monumento en un parque de la ciudad de Sakura donde residía, en la prefectura de Chiba (al este de Tokio), donde tiene también su propia tapa de alcantarilla.
Con información de EFE