SE CUMPLIERON LOS OBJETIVOS DE LA EMBAJADA EN PERÚ: PABLO MONROY

Pablo Monroy Conesa, embajador de México en Perú y quien fue declarado persona non grata en aquella nación, obligado a dejar las tierras peruanas, aseguró que con todos los retos que enfrentó, la embajada mexicana cumplió sus objetivos, principalmente continuar con su tradición “humanista” de asilo político.

En conferencia de prensa, desde Tabasco, y tras ser recibido con palabras de agradecimiento de parte del presidente Andrés Manuel López Obrador, Monroy Conesa dijo que los retos enfrentaron la embajada de México en Perú no fueron fáciles, pero conforme a las instrucciones del presidente y el secretario de Relaciones Exteriores, “hemos podido cumplir los objetivos principales”.

Narró que las metas fueron tres principales, la primera de estas, velar por la seguridad y bienestar de todas las personas mexicanas en el Perú luego de los desarrollos políticos que se desataron en esa nación desde el 7 de diciembre.

Contó que al frente de la embajada habilitó un registro para tener conocimiento sobre cuántas eran las personas mexicanas que estaban en el país, cuál era su situación y su localización, así como sus necesidades, y que, a la fecha, más del 90% de este universo de mexicanos ha podido regresar a nuestro país o se encuentra en Lima próximamente para arribar.

“Entramos en contacto con todas y cada una de las personas que se registraron y pudimos asistir las en función de las necesidades fuimos caso por caso (…) ese primer objetivo de estar cerca de nuestra comunidad de estar cerca de asistirlos pudimos cumplirlo”, contó.

Un segundo objetivo, continuó Monroy Conesa, fue honrar la “larga tradición de asilo por parte de México, Una de las tradiciones más humanistas más pacíficas más nobles de la política exterior mexicana”, para aquellas personas extranjeras que tenían temor por su vida o su integridad física o su libertad, pues añadió que él es nieto de refugiados, por lo que defender ese derecho fue una de sus principales metas.

Añadió que, bajo este precepto, el presidente saliente Pedro Castillo solicitó asilo para él y su familia, y así lo hizo la embajada a su esposa y sus dos hijos menores, quiénes pudieron ingresar desde el 8 de diciembre.

Finalmente, una tercera labor, dijo Monroy Consa, fue mantenerse atento del desarrollo de la situación política en el Perú, así como mantener los canales abiertos con todos los interlocutores de modo que se tuviera información fidedigna y confiable sobre la situación política.

“Yo estoy convencido que esos tres objetivos los hicimos, uno, sabiendo que somos servidores públicos y que nos debemos a nuestros conciudadanos, que esa es la razón de ser de nuestra función, dos, también honrando esa tradición y ese sentido humanista del Gobierno de México de proteger a personas que se encuentran en situaciones de riesgo y sobre todo sabiendo, qué una situación como la que atraviesa Perú es muy importante proteger a estas personas y sobre todo cuando México considera como sagrado también el principio de presunción de inocencia”, dijo.

Aseguró que México apostó siempre por la diplomacia y el diálogo como herramientas para manifestar las preocupaciones de manera respetuosa, sin dejar disfrazar preocupaciones legítimas que se tienen sobre una situación política en aquella nación.

Y finalmente, dijo confiar que en Perú se respeten y se observen todas las normas de Derechos humanos internacionales y conforme a la legislación peruana, pidió además que la actuación de todas las autoridades se debe ajustar los estándares en derechos humanos, pues existe una preocupación legítima que comparte con otros países sobre todos los procesos de procuración de Justicia que están siguiendo en Perú.

“Le hemos dado seguimiento en el marco del derecho internacional lo hemos hecho en el marco de principios rectores de la política exterior mexicana (..) no podemos dejar de tener esas preocupaciones y dialogar con el gobierno peruano respecto de ellas”, finalizó.

TIMBRE DE ORGULLO

Por su parte, el presidente Andrés Manuel López Obrador aseguró que el embajador Pablo Monrroy hizo una destacada actuación, “es un timbre de orgullo el representar a México en una situación de conflicto” calificó el presidente.

“Es un timbre de orgullo qué se le declare a nuestro embajador persona non grata por estar cumpliendo la misión de salvar vidas y hacer valer nuestra política exterior, lo mejor de nuestra política exterior: el derecho de asilo”, dijo el presidente.

Finalmente, el mandatario envió un mensaje al expresidente del Perú Pedro Castillo, así como a todo el pueblo peruano: “no están solos”.