La vara quedó alta y desde ahorita se ve muy difícil que México la alcance para organizar el Mundial del 2026.
Qatar 2022 puso el listón muy alto para la organización de la siguiente Copa del Mundo que compartirán México, Estados Unidos y Canadá. La realización del primer Mundial en Oriente Medio dejó un muy buen sabor de boca a aficionados y medios de comunicación, por lo bien ejecutado del evento donde no se supo de problemas reales de seguridad y violencia en los casi 30 días de competición, los cuales culminaron ayer con la final conquistada por Argentina.
Si se hace un recuento de lo bien que fue llevada la justa en Doha, entonces primero nos debemos remitir a que no se reportó ningún incidente de gravedad con temas de seguridad de los cerca de 1.5 millones de aficionados que las autoridades locales estiman llegaron a la capital qatarí.
Si un aspecto debe destacarse de la última sede, es la seguridad de los aficionados, ya que no hubo un sólo hecho violento o denuncia de robo que oficialmente se haya conocido en el periodo de competencia, una asignatura que en el caso de México deberá mejorar sustancialmente, ya que los índices de violencia de la capital, donde se celebrará la apertura del Mundial, Estadio Azteca, son muy altos.
Qatar no estuvo atestado de elementos de seguridad visibles para la gente. Incluso por momentos parecía que no los había. Donde sí existía una revisión exhaustiva, fue en el media-center de cada uno de los ocho estadios mundialistas, así como los accesos a los escenarios, ya que había hasta dos o tres filtros que con una tecnología de punta revisaban que tuvieras las credenciales suficientes para no sorprenderlos y alguien se colara de forma espontánea en espacios que no los correspondían.
Fue hasta la realización por la tercera posición del Mundial, en el juego entre Croacia y Marruecos, que sí se reforzó y exhibió realmente una movilización de las fuerzas de seguridad de Qatar, pero tampoco se reportó un incidente el cual tenga que lamentarse.
Transportación, otra paloma
Quizá no suceda en países desarrollados como Estados Unidos y Canadá donde la infraestructura es muy alta, pero en México otro conflicto es la transportación. En Qatar las comunicaciones para llegar a los estadios eran extraordinarias, ya que el CO disponía de camiones gratuitos que transportaban a la gente a los estadios. Si a eso se le suma una red de metro eficiente, limpia y rápida, salvo en la final, en el resto de los partidos los espectadores acudían al estadio sin contratiempos, aspecto que en México también deberá mejorar ostensiblemente debido a que las vías de acceso al Estadio Azteca, en la Ciudad de México y al Estadio de Chivas, en Guadalajara, no son las más accesibles.
En medio de ese caos también hay que agregar los problemas de tráfico con los que cuenta la megalópolis, lo que hace que en México las autoridades deberán buscar mecanismos que faciliten los accesos a los miles de aficionados que acudirán a los 10 partidos que se han asegurado para la sede en nuestro país.
Obviamente las autoridades mexicanas habrán tomado las medidas necesarias, sin embargo, no es lo mismo la infraestructura con la que cuenta Estados Unidos y Canadá que la mexicana que cuenta con escenarios que, aún y cuando son recientes, como el de Chivas inaugurado en julio del 2010, o el de Monterrey de agosto del 2015; en el caso del primero una de las grandes quejas eran las vialidades.
La prensa, tratada dignamente
Otros aspectos que seguramente el 2026 tendrá la obligación, será la logística para la prensa. En Qatar, en el Centro de Convenciones, se instaló un edificio grande, moderno y eficiente que soportó a miles de periodistas que acudieron al Mundial sin problema alguno. Incluso, a diferencia de otros mundiales, hubo centros de atención especializados para los periodistas que tuvieron un trato especial y tecnológico de primer nivel, lo cual hace creer que difícilmente habrá quien lo supere, ya que tampoco hubo una sola queja sobre temas de severos problemas de logística o transportación, ya que los servicios eran eficientes y vastos, lo cual facilitaba el trabajo de los comunicadores a quienes se les escuchaba contentos por la organización que imperaba en todos los lugares donde había eventos oficial de la FIFA.
Con base en lo que actualmente se vive en México, uno de las tareas pendientes en nuestro país es la seguridad de las personas, algo que diariamente lacera a los ciudadanos, ya que los índices de violencia y delictivos no tienen nada que ver con lo sucedido en Qatar donde incluso se podía caminar a altas horas de la noche con la seguridad de que no iba a suceder nada.
Hoy, México no podría organizar nada
México deberá trabajar mucho a futuro. Si hoy se realizará la Copa del Mundo en nuestro país, sería imposible. Qatar, desde un año antes de la justa, sostenía que podía llevar al momento la realización del Mundial sin contratiempos. Luego de pasar un mes en este país, podemos certificar que Doha pasó con altas calificaciones el haber dejado a un lado ideas manejadas desde los medios, y al menos durante este mes, se permitieron situaciones que jamás se habían visto en este país.
Qatar cambió y quizá para siempre. México estrictamente deberá hacerlo, pero la pregunta es si realmente estamos preparados en cuatro años para lo que no se ha hecho en décadas de gobierno en nuestro país. La vara quedó alta y desde ahorita se ve muy difícil que México la alcance. Hablar de Estados Unidos y Canadá, simplemente es otra historia.
ESPN
