Recientemente retirado, el italiano se había convertido en el ciclista con la carrera más longeva a sus 51 años
El ciclismo italiano se ha teñido de luto tras la muerte de uno de sus ciclistas más conocidos y queridos. Davide Rebellin ha muerto arrollado por un camión mientras se entrenaba. A sus 51 años acaba de retirarse tras una larguísima trayectoria profesional que comenzó a principios de los 90.
Según ha adelantado ‘Il Messagero’, el excorredor se encontraba rodando en Montebello Vicentino, en la zona de Vincenza, cuando un tráiler se lo llevó por delante. Las primeras pesquisas señalan que el camión salió de un cruce, no vio a Rebellin y le atropelló, aplástándole. El conductor no se detuvo y ahora la policía investiga si fue una huida intencionada del lugar de los hechos o si realmente no se había enterado de lo ocurrido.
Rebellin estaba considerado toda una institución en el ciclismo italiano, y uno de los mejores clasicómanos de la historia. Su debut profesional se produjo a principios de los 90, formando equipo con Franco Chioccioli, Franco Ballerini y Mario Cipollini en el GB-MG Maglificiosi. Llegó a correr compartiendo pelotón con leyendas como Miguel Induráin, entre otros.
Su primera gran victoria fue en la Klásica de San Sebastián en 1997, pero fue en el tríptico de las Ardenas donde cuajó su leyenda. En 2004 se convirtió en el primer ciclista en ganar las tres clásicas belgas por excelencia, la Amstel Gold Race, la Lieja – Bastoña – Lieja y la Flecha Valona.
Convertido en un fijo en las victorias de carreras cortas, Rebellin vivió su momento más complicado en los Juegos Olímpicos de Pekín. El corredor había ganado la plata en la prueba de ciclismo en ruta, pero después dio positivo en dopaje por CERA (un receptor de la eritropoyetina, el EPO) y tuvo que devolver no solo la medalla sino los 75.000 euros en premios obtenidos. Regresó al ciclismo profesional en 2011, pero ya en equipos de menor nivel.
Tras batir el récord de la carrera más larga en la historia del ciclismo en 2021, Rebellin siguió corriendo aún una temporada más, la de su retirada, en el Work Service–Marchiol–Dynatek italiano. Apenas unos meses antes de su muerte había colgado definitivamente la bici, aunque seguía entrenándose por placer.
Los aficionados al ciclismo han establecido notables paralelismos entre su muerte y la de su compatriota Michele Scarponi, que falleció en 2017 también atropellado por un coche. Tenía 37 años.
